Nuestro Dios no es
ajeno
Este capítulo surge a raíz de algunas tergiversaciones surgidas en
torno a las imágenes de la Iglesia Católica e inicia con las citas bíblicas más
utilizadas para argumentar un posible
pecado venial como si fuera un pecado mortal (digo posible pecado venial porque
no todos los católicos somos conscientes del uso correcto de nuestras
imágenes). Aquí
podemos observar varios puntos que se prestan a la confusión.
La primera cita es Éxodo (Cap. 20, Vers. 3):
“No tendrás otros dioses fuera de mí.
En la
frase “No tendrás otros dioses fuera de mi” (otras versiones bíblicas sostienen
“No tendrás dioses ajenos
delante de mí.”).
Si buscamos los antónimos y sinónimos de la palabra Ajeno(s), veremos que Dios
se refería a dioses mitológicos y/o extranjeros.
Veamos
cuales son los antónimos de la palabra “AJENO”: Propio, Correspondiente,
conocido, local; mientras los sinónimos son: Extraño, forastero, ignorado, impropio.
El éxodo
es un libro que se ubica en el antiguo testamento (antiguo pacto de Dios con los hombres) podemos decir que esto no es
válido ya que lo convenido en ese pacto quedó anulado por la sangre que Jesús
derramó en la cruz por un nuevo pacto (su vida por el perdón de nuestros
pecados).
Si no
fuese así como lo he planteado, entonces los que no somos judíos estaríamos
adorando a un Dios forastero, ignorado, extraño e impropio. Pero como los
cristianos católicos (los seguidores de Jesús en el mundo entero)
vivimos de acuerdo al nuevo pacto de Jesús, este versículo sólo nos sirve de
referencia histórica y no como un mandamiento de Dios. No obstante lo tomaremos
en cuenta para las aclaraciones necesarias.
Éxodo (Cap. 20, Vers. 4 y
5): No te harás estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el
cielo, abajo, en la tierra, y en las
aguas debajo de la tierra. No te postres ante esos dioses, ni les sirvas,
porque yo, Yavé, tu Dios, soy un Dios
celoso. Yo pido cuentas a hijos, nietos y biznietos por la maldad de sus
padres que no me quisieron. Pero me muestro favorable hasta mil generaciones
con los que me aman y observan mis mandamientos.”
Estos
versículos son una muestra del punto aclarado más arriba: Si Dios es celoso y
no quería que su pueblo construyera estatuas de ningún tipo, ¿Cómo se puede
explicar que ese mismo Dios ordenara, en varias ocasiones, la construcción de
templos con Querubines (del cielo) y aves (de la tierra) para adornarlos?
Veamos Éxodo (Cap.
25, Vers. 18): “Así
mismo, harás dos querubines de oro
macizo, y los pondrás en las extremidades de la cubierta.”
En Éxodo (Cap.
26, Vers. 1): “La
Morada tendrá que ser hecha de diez cortinas de lino fino de color jacinto
morado y rojo, adornadas con querubines.”
Números (Cap. 21, Vers. 8): “y Yavé le dijo a Moisés:
"Hazte una serpiente-ardiente y
colócala en un poste. El que haya sido mordido, al verla, sanará".”
También veremos cómo Salomón construye imágenes para
adornar el templo de Dios, en 2ª de Crónicas (Cap. 3, Vers. 10 y 14): “En el interior de la sala del Lugar Santísimo hizo los
querubines de metal forjado, que revistió de oro.
Hizo también la cortina de púrpura violeta, púrpura escarlata, carmesí y
lino fino, y en ella hizo poner
querubines.”
Entonces
¿Podemos decir que Dios es implacable y que se contradice? Ya dijimos que en el
nuevo pacto Dios se muestra como un ser misericordioso y lleno de amor o, por
lo menos, ese es el Dios que los cristianos católicos conocemos.
Los
antiguos griegos creían en dioses como Zeus, Venus, Poseidón, entre otros. Y el
mandato de Dios en Éxodo 20:4 se relacionaba directamente con el becerro de oro
que los israelitas construirían al ver que Moisés tardaba en bajar del monte de
Sinaí.
Véase Éxodo (Cap.
32, Vers. 8): “Bien
pronto se han apartado del camino que yo les había indicado. Se han hecho un ternero de metal fundido y
se han postrado ante él. Le han ofrecido sacrificios y han dicho: Israel, aquí están tus dioses que te han
sacado de Egipto.»”
Como puede verse aquí, el pueblo de
Israel le atribuyó la gloria a un Dios falso y ajeno a su libertad, e hizo que
Dios se enfadara. Las imágenes que usa nuestra iglesia católica son como una referencia
para mejorar la conexión espiritual durante las oraciones. Sabemos que estas
imágenes no pueden hacer milagros, puesto que no son Dios ni tienen poder alguno,
pero ellas nos hacen recordar la vida ejemplar de aquellos que han cumplido la
voluntad de Dios (los santos o justos).
Tenemos imágenes, no ídolos
Las imágenes e íconos cristianos
no fueron prohibidas nunca sino hasta después de la reforma protestante, y no
precisamente por los reformadores, sino por los pequeños grupos que surgirían
de estas sectas históricas. El primero de todos se llamaba Carlos Tadio, este
hombre tuvo por costumbre meterse a los templos católicos para, de una forma
violenta, destruir las imágenes de todos los santos, de la Virgen, y aún contra
las imágenes de Jesús, en pinturas, esculturas e íconos. El primero en
reprenderlo públicamente, no fue un católico, ni siquiera el Papa o algún
obispo, sino el mismo Lutero:
Martín Lutero, reformador
protestante “Na. Alex. Tom. oito” p. 111… las
Imágenes de la Cruz, y de los Santos no están prohibidas. En el Evangelio ni
aún las imágenes de Dios están prohibidas. Los cristianos no están obligados a
los preceptos de Moisés. Los enemigos de
las imágenes son doctores de la ley de Moisés, y no de la de Cristo. Si a
los judíos era lícito tener en su moneda las imágenes de los Césares, mucho más
lícito es a los cristianos tener en sus templos las imágenes de la Cruz, y de
María…
¿Qué mentalidad tenía Carlos Tadio, para que Lutero le hiciera una lista de todo lo que ignoraba y así apaciguara su locura de destruir imágenes? La respuesta es muy lógica: pensaba que todas las imágenes eran ídolos. Y esa es la mentalidad que tienen hoy día muchos hermanos separados.
¿Qué mentalidad tenía Carlos Tadio, para que Lutero le hiciera una lista de todo lo que ignoraba y así apaciguara su locura de destruir imágenes? La respuesta es muy lógica: pensaba que todas las imágenes eran ídolos. Y esa es la mentalidad que tienen hoy día muchos hermanos separados.
Hay acusaciones muy fanáticas
hacia los católicos, nos acusan de adorar ídolos, nos dicen los hermanos
separados que todas las imágenes son de Satanás, hay algunos hermanos separados
que sí tienen imágenes pero siguen pensando que es idolatría llevarlas en
procesión. Pero aunque te parezca en este momento increíble, en verdad te digo
que Dios no prohíbe ni una ni otra.
Para algunos hermanos separados,
todas las imágenes son ídolos, pues esa mentalidad les ha creado su pastor,
para otros, las imágenes son barro y pintura, y hay algunos que sí piensan como
los católicos, esto es: Las imágenes no son más que representaciones inanimadas
de algo o alguien a quien honramos o adoramos (solo a Dios adoramos), son el adorno de nuestra adoración o
veneración, no el motivo de nuestra adoración.
Para comprender mejor el tema
vamos a estudiar el significado de las palabras imagen e ídolo:
Ídolo:
Una imagen usada como un objeto de adoración. Un Dios falso. Esta es la manera que el diccionario define un ídolo.
Una imagen usada como un objeto de adoración. Un Dios falso. Esta es la manera que el diccionario define un ídolo.
Imagen:
Es una reproducción o representación de la forma de una persona o un objeto. Duplicado óptico, complemento, u otra reproducción representativa de un objeto, especialmente una reproducción óptica de un objeto producida por lentes o un espejo. Puede ser una estatua, icono, o hasta una foto. Esto es lo que el diccionario dice de una imagen.
Es una reproducción o representación de la forma de una persona o un objeto. Duplicado óptico, complemento, u otra reproducción representativa de un objeto, especialmente una reproducción óptica de un objeto producida por lentes o un espejo. Puede ser una estatua, icono, o hasta una foto. Esto es lo que el diccionario dice de una imagen.
Como pueden ver hay una gran
diferencia entre una imagen y un ídolo. Dios no prohíbe las imágenes en la
biblia, más bien prohíbe los ídolos. La simple lógica nos dice que Dios no
puede mandar a prohibir una cosa y, a la vez, mandarla a hacer.
Como
vimos en Éxodo (Cap. 20, Vers. 3): “No tendrás otros dioses fuera de mí.” Y más
adelante, en Números (Cap. 21, Vers. 8): “y Yavé le dijo a Moisés:
"Hazte una serpiente-ardiente y
colócala en un poste. El que haya sido mordido, al verla, sanará".” Y en Éxodo (Cap. 25, Vers. 18): “Así mismo, harás dos querubines de oro macizo, y
los pondrás en las extremidades de la cubierta.”
El que es temeroso de Dios sabe que éste no se
contradice, pues lo que se nos prohíbe son los ídolos, no las imágenes.
He conocido personas muy
detractoras de la Iglesia católica en cuanto a la idolatría sin embargo
practican una idolatría inconsciente. Es preferible tener una imagen de la
virgen María que tener una imagen de Yiye Avila (un simple mortal adorado por
muchos hermanos separados). Y es que la idolatría es aquella práctica que
ostenta robarle el primer lugar a Dios: Cuando no vamos a la iglesia por otros
intereses de este mundo estamos muy cerca de la idolatría. Cuando creemos que
un bien material vale más que el prójimo o hasta más que nuestras vidas estamos
en plena idolatría.
Si Dios estuviera en contra de las imágenes jamás
hubiera hecho al hombre como una representación suya. Véase el libro del Génesis (Cap. 1, Vers. 26): “Dijo
Dios: «Hagamos al hombre a nuestra
imagen y semejanza. Que tenga autoridad sobre los peces del mar y sobre las
aves del cielo, sobre los animales del campo, las fieras salvajes y los
reptiles que se arrastran por el suelo.»”
Sobre las imágenes de Dios, hay
quienes afirman que a éste nadie le ha visto, por tanto, esas imágenes son
falsas pero veamos el evangelio de San
Juan (Cap. 14, Vers. 9): Jesús le respondió: «Hace tanto tiempo que estoy con ustedes,
¿y todavía no me conoces, Felipe? El que
me ve a mí ve al Padre. ¿Cómo es que dices: Muéstranos al Padre? Y en Colosenses (Cap. 1, Vers. 15): “Él es la imagen del Dios que no se puede
ver, y para toda criatura es el Primogénito,”
Aunque, en realidad, lo que
nuestras imágenes buscan no es hacer visible a Dios por medio de ellas sino
hacer reflexionar al mundo, reviviendo las escenas y personajes bíblicos e
históricos que nos puedan fortalecer para que nuestras vidas sean agradables a
Dios.
Por ejemplo, un padre de la patria
de cualquier nación, es recordado por sus valores y principios patrióticos y
hasta se esculpen y tallan estatuas para honrar su labor y recordarle de
generación en generación. ¿A caso algún ciudadano es tan ingenuo como para
pensar que esa estatua es el padre de la patria en persona? Claro que no, esa
estatua es sólo una representación suya. Así es que los católicos concebimos
nuestras imágenes, como representaciones para
recordar lo que vale la pena, no como dioses falsos ni ajenos.
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